La evolución de la comunicación, desde el inicio de la humanidad, ha sido abismal sí partimos de la premisa que la gesticulación y los sonidos fueron los inicios de ella. La necesidad de comunicar nace desde los tiempos de la habitación en cuevas, y hasta hoy día, con la finalidad de relacionarnos, compartir conocimiento, compartir saberes, organizarnos como tribus, como familias, como comunidades, como sociedades y como organizaciones. En esa evolución también llega la necesidad de que la comunicación llegue más allá de los grupos, entonces esas primeras civilizaciones crean las señales de humo, los sonidos con caracoles, los dibujos en piedra; luego evoluciona con los escritos, la imprenta, etc., etc., y con el tiempo el radio, la televisión y los periódicos, hasta llegar a las famosas redes sociales.
¡Gracias Internet!
Vaya que el mundo cambió. Nunca antes estuvimos más expuestos, pero tampoco tan vulnerables.
Inicié mi profesión en los años 80´s, cuando los comunicados se escribían en máquina eléctrica y los errores se corregían con un cuadrito de papel o con líquido blanco; éstos se enviaban por correo postal o valija, las invitaciones para eventos las entregábamos personalmente y el teléfono era fijo.
Gracias a las computadoras e internet, los tiempos de comunicación se agilizaron, las distancias se recortaron y el alcance a un mayor número de medios nacionales e internacionales enaltecían nuestros resultados.
Nunca antes estuvimos más expuestos, pero tampoco tan vulnerables.
Nuestra base de datos estaba formada por los medios de comunicación tradicionales, sus jefes de información, periodistas y columnistas especializados, y teníamos bien identificados a los líderes de opinión, todos ellos con años de experiencia y prestigio.
¡Y zas, llegan los X y Z!
Estas generaciones de Millennials y Centennials llegaron a revolucionar la comunicación, así como la manera en la que consumimos productos y la proximidad con los servicios que ofrecen las marcas. Somos cuatro generaciones las que estamos conviviendo en esta nueva era, y aunque hayan sido los Millennials los precursores, son los Centennials, también conocidos como Generación de Cristal, los que hoy día trazan las tendencias. Además de que resultaron más creativos cuando se trata de realizar videos.
Y con esas generaciones hacen su aparición los Influencers, los nuevos “decision makers” para las marcas. Ahora todo gira en torno a la aceptación o descalificación del Influencer. Cambiaron las tendencias de comunicación y publicidad, y por ende, los hábitos de consumo. Los estrategas de la comunicación entramos a un mundo desconocido y muy frágil, entonces toman relevancia para las marcas los Community Managers para sumar esfuerzos con la comunicación digital, en paralelo a la tradicional.
El nuevo reto: elegir Influencers
Empecemos por definir Influencer. Según la RAE “es un anglicismo usado en referencia a una persona con capacidad para influir sobre otras, principalmente a través de las redes sociales”. Estos personajes se han convertido en voceros indispensables para crear el Brand Awareness, para influir en la necesidad de consumo, de acercarnos a sus públicos. Su creatividad y originalidad los hace destacar entre millones.
Las marcas hoy día hacen un balance entre medios impresos e influencers para cacarear lo que quieren promover. Los medios tradicionales también han cambiado. Sus redes sociales y páginas web tienen tanta o más importancia que su medio primario, y ya tienen candados para publicar, no tienen la flexibilidad de la que gozábamos antes. Y por su parte, los Influencers también tienen lo suyo. Pueden llegar a cobrar por publicación desde 3 mil 200 hasta 30 mil pesos dependiendo del número de seguidores y del país.
Entre ellos también hay clasificaciones, es decir, Influencers son aquellos que tienen entre 10 mil y 100 mil seguidores; Macroinfluencers entre 100 mil y 500 mil; Megainfluencers entre 500 mil y un millón 500 mil y, Celebridades más de un millón 500 mil seguidores.
No todo lo que brilla es oro, por lo que debemos tener en cuenta que buscan desesperadamente seguidores para ser considerados para eventos, viajes y para recibir regalos, pero, sobre todo, para obtener patrocinios de empresas o ganancias que pagan las redes sociales cuando llegan al millón de ellos, así que los bots están muy presentes en varias cuentas.
El número de seguidores no es lo más interesante ni real que debemos considerar a la hora de subirlos al barco, entonces, ¿cómo elegirlos? Analicen su contenido y calidad, el engagement con sus seguidores, y el buen uso de la gramática y ortografía, que dice mucho de las personas. Algunas marcas han optado por firmar contratos legales con los Influencers, especificando un número mínimo de publicaciones y en un tiempo determinado.
Para buscar Influencers hay varias herramientas en línea que los tiene por ubicación geográfica, número de seguidores y nicho de mercado. Lo más conveniente es investigar con colegas quienes ya hayan vivido experiencias con ellos.
Algunos aspectos negativos del uso de Influencers es que cuenten con seguidores falsos o fantasmas, seguidores que no cumplan con el perfil para adquirir el producto, pero sobre todo, un Influencer enojado o insatisfecho puede ser la peor pesadilla. Expertos en manejo de crisis son más necesarios que nunca.
Actualmente, un 73.4 por ciento de la población nacional accede a las redes sociales, lo que representa a 94 millones de personas en México que hace uso de las diversas plataformas. Y no todos son para todas las marcas o productos. Más que llegar a todo el mundo, necesitamos hablarle a un grupo específico para lograr influir en su opinión con respecto a lo que queremos promocionar.
Sobre Diana Miller
Diana Miller inicia su profesión de publirrelacionista en 1984, y desde entonces ha participado en los sectores públicos, financiero y hotelero. Es socia-fundadora de “Esencia Comunicación Estratégica”, una agencia boutique de Relaciones Públicas.
Formó parte del equipo de la Senadora Sonorense Lilly Téllez y ocupó la gerencia general del Hotel Marsella 45 en Hermosillo, Sonora.
Fue reconocida por la Revista Mujer Ejecutiva como una de las 13 Mujeres Líderes en 2009 y ha colaborado para varios medios de comunicación, entre ellos, el noticiero sabatino ADN40 News con Ana María Salazar y Agustín Barrios Gómez, con temas de turismo y cultura.
Conferencista en temas de Relaciones Públicas, Protocolo y Etiqueta, y Marca Personal.
Expresidente de la Organization of Women in International Trade (OWIT Capítulo CDMX) de 2014 a 2015.
Reconocida como La Mujer de la Semana en el programa Realidades en Contexto de CNN Español en 2014.
Actualmente radica en Oaxaca y es representante del escultor-ceramista Adán Paredes, lo que la ha llevado a adentrarse en el mundo del arte.