Desde 2016, Aerovías de México -conocida como Aeroméxico- y Delta Air Lines ofrecen un acceso inigualable entre Estados Unidos y México a los viajeros gracias a una innovadora asociación.
Con la aprobación del Departamento de Transporte de Estados Unidos, Delta y Aeroméxico operan un Acuerdo de Colaboración Conjunta (ACC) que ha permitido a nuestras aerolíneas servir a más de 45 millones de pasajeros en los últimos siete años con rutas accesibles, eficientes y convenientes entre ambos países.
Lo que comenzó como una colaboración para mejorar la conectividad entre Estados Unidos y México ha tenido un mayor impacto con el paso del tiempo. Ciudades de Estados Unidos, como Atlanta, Raleigh, Nueva York, Detroit, Minneapolis, Salt Lake City y Los Ángeles, entre otras, cuentan ahora con vuelos directos diarios a múltiples destinos en México, incluidas ciudades geopolíticas, industriales y turísticas clave, como Ciudad de México, Guanajuato, Monterrey y Querétaro. Estos vuelos benefician a los consumidores a través de una mayor competencia en el mercado y mayores posibilidades de elección, al tiempo que apoyan a las empresas mexicanas y estadounidenses, así como a miles de empleos.
Pero la asociación está en riesgo. En enero y sin previo aviso, el Departamento de Transporte propuso provisionalmente revocar la aprobación de esta asociación estratégica y que promueve la competencia, no por problemas relacionados con el servicio de Delta o Aeroméxico, sino por una ajena disputa diplomática relacionada con la política de aviación internacional de México, sobre la que ninguna de nuestras aerolíneas tiene control alguno.
Las consecuencias de anular el acuerdo de asociación son perjudiciales y de gran alcance para los consumidores, las comunidades y las empresas mexicanas y estadounidenses. Si el Departamento de Transporte sigue adelante, más de 20 rutas aéreas corren un riesgo significativo de cancelación -cinco de esas rutas son directas hacia ciudades de México desde el Aeropuerto Internacional Hartsfield-Jackson en Atlanta-. Sólo el año pasado, más de 650 mil viajeros volaron directamente a México desde Atlanta, gracias a la asociación Aeroméxico-Delta.
En total, esta importante pérdida de rutas supondría una reducción de un millón de viajeros al año entre México y Estados Unidos. Los consumidores tendrían menos opciones para viajar al disminuir la competencia en el mercado y, en última instancia, podrían pagar precios más altos por los boletos, con una pérdida total de beneficios estimada en 800 mil millones de dólares.
Para las comunidades empresariales mexicana y estadounidense, la pérdida de conectividad tendría importantes consecuencias económicas. El comercio entre México y Estados Unidos alcanzó la cifra récord de 860 mil millones de dólares en 2023. Asimismo, México se convirtió en el socio comercial número uno de Estados Unidos, superando a China por primera vez en 20 años.
La mejora del acceso aéreo transfronterizo creada por la asociación Aeroméxico-Delta ha sido un motor importante de ese éxito económico. Por ello, poner fin al acuerdo supondría una pérdida de cientos de millones de dólares en el Producto Interno Bruto para ambos países, además de la pérdida de fuentes de trabajo.
Los viajeros mexicanos y mexicano-americanos confían en las rutas que ofrece la asociación Aeroméxico-Delta. Con la gran población hispana en Estados Unidos, de la cual la mayoría es de origen mexicano, estos vuelos permiten a los residentes de cada país visitar a familiares y amigos de forma accesible y eficiente.
Según la Administración de Comercio Internacional de Estados Unidos, 12.5 millones de mexicanos viajaron a Estados Unidos en 2022, lo que representó el 24 por ciento del total de llegadas de extranjeros. El gasto turístico anual en México y Estados Unidos podría disminuir en 160 y 200 millones de dólares, respectivamente, si se disuelve el acuerdo.
No debería sorprender que muchos estadounidenses estén de acuerdo en que poner fin a la asociación es una medida equivocada, teniendo en cuenta los sustanciales beneficios económicos y para el consumidor que están en riesgo.
De hecho, una nueva encuesta reveló que, en todos los partidos, el 65 por ciento de los votantes estadounidenses se opone a la cancelación de esta asociación, y más del 80 por ciento afirma que poner en peligro miles de puestos de trabajo sería perjudicial. Mientras tanto, el 70 por ciento de los votantes mexicano-estadounidenses se oponen a la cancelación del acuerdo, y más del 80 por ciento dicen que la pérdida de opciones de vuelo entre Estados Unidos y México sería perjudicial.
Como Directores Generales de Aeroméxico y Delta, reconocemos la importancia de los objetivos diplomáticos de ambas naciones. Pero también estamos de acuerdo en que castigar a los consumidores y poner en peligro miles de empleos en ambas naciones es un enfoque punitivo y contraproducente que no producirá un resultado positivo para el Departamento de Transporte. Hay tiempo suficiente para que ambos gobiernos entablen nuevas negociaciones y logren avances significativos sin perjudicar a los ciudadanos mexicanos y estadounidenses.
Una relación bilateral fuerte entre México y Estados Unidos es esencial a medida que crece nuestra interdependencia económica regional. Permitir que Aeroméxico y Delta continúen sirviendo a los consumidores y empresas a través de un acceso al transporte aéreo mejorado y accesible beneficiará a ambos países. El Departamento de Transporte debe dar marcha atrás y renovar su aprobación de esta asociación estratégica.