
Este Día de las Madres, en lugar de lo de siempre, ¿por qué no regalarle pausa real? Un día para respirar profundo, soltar el ritmo cotidiano y reconectar con lo esencial. En El Santuario Valle de Bravo, cada espacio está pensado para acompañarla en ese respiro: entorno de naturaleza, silencio y cuidado. Refugio donde pueda simplemente estar.


Experiencias que reconectan. Cada madre guarda historias en su cuerpo. Las terapias de El Santuario están diseñadas para acompañarla a liberar tensiones, armonizar su energía y reconectar con su esencia. Algunas de ellas incluyen: Masajes relajantes con aceites esenciales. Sanación sonora con cuencos tibetanos. Purificación del espíritu y sanación profunda del alma.

Meditación frente al lago. Imagina a mamá respirando con calma frente al agua, moviéndose con intención entre los árboles, dejándose llevar por meditación guiada a la madre, en la que podrás honrar, aceptar y agradecer. Práctica simple, en contacto con los elementos, que devuelve al centro. Costo por persona 500 pesos.
Spa + temazcal: pausa consciente. El circuito de spa y el ritual de temazcal son parte de experiencia de limpieza y renovación integral. El temazcal —ceremonia ancestral de renacimiento— invita a soltar lo que ya no se necesita y abrir espacio a nuevas energías.
Cocina que nutreNa-Ha, uno de los restaurantes de El Santuario ofrece menús honestos, saludables y llenos de sabor. Perfectos para compartir brunch, comida o cina frente al lago. Platos preprados con ingredientes frescos, locales y con intención.
En El Santuario, cada detalle está pensado para crear espacio de calma. Este Día de las Madres, más que regalo, regálale la posibilidad de volver a sí misma.