La capital canadiense es un verdadero tesoro y destino obligado para los amantes de la comida. Con diversidad que va desde mercados bulliciosos con delicias para todos los bolsillos hasta restaurantes innovadores frecuentados por celebridades y hasta la realeza, esta ciudad tiene todo lo que un foodie puede desear.
Fresco y local. Comienza tu aventura en el icónico ByWard Market, uno de los mercados más antiguos de Canadá. Aquí, el bullicio de los vendedores se mezcla con el aroma de productos frescos y platillos locales. No puedes irte sin probar la famosa poutine o un dulce beavertail, esa deliciosa masa frita espolvoreada con azúcar y canela que hará que cada bocado sea un placer.
Viaje a tierras lejanas. Continúa tu ruta en Fairouz Café, un rincón donde los sabores del Medio Oriente te transportan a tierras lejanas. Imagina saborear hummus cremoso, cordero marinado y pan recién horneado que evocan historias de culturas ricas. Cada plato es un pasaporte a una experiencia única que encantará a tus sentidos.
El sabor de la historia. Tu travesía cultural no estaría completa sin una visita al Canadian Museum of History. Aquí, no solo aprenderás sobre la historia de Canadá, sino que también podrás degustar platos inspirados en las comunidades indígenas en su cafetería. Un recorrido que combina historia y gastronomía, permitiéndote saborear tradiciones profundamente arraigadas.
De la Granja a la mesa. Adéntrate en el animado barrio de Wellington West, donde la gastronomía local se fusiona con propuestas modernas. Aquí, los restaurantes y cafeterías promueven el concepto “de la granja a la mesa”. Desde tacos creativos hasta postres veganos, este es un lugar donde la imaginación culinaria no conoce límites.
Refinado y sorprendente. Para una experiencia inolvidable, visita Atelier, un restaurante que redefine la cocina moderna con su menú degustación ¡de 40 tiempos! Cada plato, una obra maestra, transforma la cocina molecular en un espectáculo sensorial que te hará apreciar la magia de la gastronomía contemporánea.
Relajación al aire libre. Si prefieres un ambiente más relajado, Elgin Street es tu lugar. Sus terrazas te invitan a disfrutar de una comida mientras contemplas el pulso vibrante de la ciudad. Desde platos reconfortantes hasta cocteles de autor, este es el sitio ideal para saborear la vida en Ottawa.
Ottawa con sabor a Italia. No te pierdas Little Italy, un barrio que te transporta a las calles de Roma. Aquí, las trattorias ofrecen pastas frescas, espressos intensos y pastelerías tradicionales. Cada bocado es una celebración de la rica tradición italiana que hará las delicias de los amantes de la buena mesa.
Delicias del mar. DescubreThe Whalesbone, un verdadero tesoro culinario especializado en mariscos frescos. Este restaurante te llevará a una travesía de sabores que rinde homenaje a lo mejor de los productos locales. Perfecto para los amantes del mar, cada plato es una celebración de la frescura.
Patrimonio de la Humanidad. Para un toque de naturaleza, recorre el Rideau Canal en bicicleta. Declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, este lugar es el escenario ideal para un picnic con delicias locales y uno de los mejores paisajes de la ciudad.
Cierre perfecto. Finaliza tu aventura con una cena en Beckta Dining & Wine, donde el concepto de “de la granja a la mesa” se lleva a su máxima expresión. Su menú, que cambia según la temporada, celebra la frescura y simplicidad de la cocina canadiense moderna.
Ottawa es un destino que te invita a saborear cada rincón y perderte en sus calles. Con una fusión de sabores tradicionales y propuestas innovadoras, esta ciudad promete conquistar tanto