HAN PASADO ocho meses desde que el Huracán Otis impactó al puerto de Acapulco y Coyuca de Benítez, principalmente.
La recuperación y reconstrucción aún están lejos de verse. Los daños han sido terribles en muchos aspectos económicos y sociales, pero inmensurables si nos enfocamos sólo en la actividad turística, que para el estado de Guerrero representa el 14 por ciento de su PIB, pero en el caso de Acapulco alcanza el 24 por ciento, lo que tiene amplias repercusiones en su economía y empleo.
Desde el 25 de octubre de 2023 a la fecha, han sido cuantiosos los daños a la infraestructura pública (servicios públicos, comunicaciones y transporte), y graves fueron las afectaciones en edificios, negocios, viviendas y zonas naturales en la zona.
Han sido exorbitantes los estragos que el fenómeno meteorológico dejó al sector productivo, entre los que destacan hotelería, servicios de hospedaje, restaurantes, preparación de alimentos, bares y centros nocturnos, servicios de esparcimiento, paseos y actividades acuáticas, entre otros.
Antes de Otis, Acapulco tenía 21 mil habitaciones de categoría turística y una oferta de 12 mil unidades habitacionales, a través de las plataformas de renta de corto plazo. El impacto del huracán afectó al 80 por ciento de la oferta y sólo quedó un 20 por ciento disponible.
La Secretaría del Bienestar en Acapulco y Coyuca calculó alrededor de 274 mil viviendas con alguna afectación, pero 51 mil 864 fueron pérdida total, además de los 47 mil 627 locales comerciales registrados en el censo de afectaciones.
Un estudio de Gemes Consultores, reveló que las segundas viviendas, edificios de apartamentos y condominios vacacionales resultaron con grandes daños, lo que impactó el flujo de turistas que llegan a estos alojamientos.
A más de 240 días del siniestro, la AMIS detalló que ha cubierto más de 40 mil millones de pesos en pago de pólizas; suman más de 42 mil 700 los siniestros, de los cuales 63% corresponden a pólizas del seguro de daños (27 mil 114) y 37 por ciento de seguro de autos (15 mil 589).
En el balance los resultados son mixtos, porque a ocho meses del azote de Otis, ha reabierto el 74 por ciento de los hoteles, por lo que sólo hay 9 mil 899 habitaciones disponibles en el puerto. Al cierre de 2023, llegaron 6 millones 486 mil turistas nacionales a hoteles, y se registra una caída de -2.7 por ciento en relación con 2019 y de -15 por ciento si la comparamos con 2022.
De acuerdo el INEGI, en el primer trimestre de este año la población ocupada de Acapulco fue de 298 mil 607 personas, 3 por ciento menos que la cifra de enero-,marzo de 2023, y la tasa de desempleo aumentó de 1.8 por ciento a 2.3 por ciento en el mismo lapso comparativo. Pero, el principal problema laboral no es el desempleo abierto sino la informalidad que alcanza el 60 por ciento de la población ocupada.
El empleo en el turismo resintió los efectos de Otis, pues en el primer trimestre de 2024 se registró una disminución de 3 por ciento en relación con el primer trimestre de 2023, y la informalidad laboral alcanzó el 60.0 por ciento de la población ocupada.
Con cifras acumuladas a mayo, Grupo Aeroportuario del Centro Norte (OMA) reportó que el Aeropuerto de Acapulco cayó -45.5 por ciento, por el impacto en el destino generado por el huracán Otis. La disminución fue del -42.9 por ciento en cuanto a pasajeros nacionales y -72.1 por ciento en pasajeros internacionales, comparado con el mismo periodo del año anterior.
El desempleo, la conectividad, el comercio y los servicios son parte de los muchos desafíos que aún debe enfrentar el puerto de Acapulco.
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