En la anterior entrega de “Tesoros de Guanajuato” les comenté cómo nació ese programa. Hoy sólo les hablaré de algunos de los hoteles que Guanajuato, que no podemos olvidar que también es la capital cultural de la entidad epónima, única en el mundo, y de una de las actividades más fascinantes es recorrer y perderse entre sus calles, callejones, plazas, edificios señoriales, teatros y cafés al aire libre y, también, ¿por qué no?, los hoteles que figuran en su tesoro.
Esa capital es historia, cultura y gastronomía que se conjugan a la perfección. Caminamos por los hoteles Tesoro de la capital guanajuatense que lucen con orgullo placa que los inscribe por su calidad, servicio, compromiso y preservación de las tradiciones, entre los mejores inmuebles de la ciudad.
Debemos recordar que entre los principales objetivos del programa Tesoros de Guanajuato está dar a conocer las construcciones antiguas o históricas y degustar la gastronomía local, uno de los detalles que inducen a los viajeros a desear volver una y otra vez a la capital estatal.
El “1850 Hotel Boutique”, uno de los reconocidos en dicho programa, que nos ofreció coctel de bienvenida y hopedaje, se halla en el cenro de la urbe, frente al jardín de la Unión, cerca del Callejón del Beso y del Museo de las Momias. Ofrece desayuno completo gratuito, terraza en la azotea y biblioteca. También Spa donde puedes, si te da tiempo, disfrutar tratamiento corporal, masaje y reflexología. El vestíbulo cuenta con chimenea y con pequeño bar muy atrayentes.
Por cierto, me recibieron muy cordialmente y al informarme dónde me alojaría, me dijeron: “Escogimos la habitación Victoria y esperamos que sea de su agrado. Todas las habitaciones tienen nombre de mujer”.
Y bueno, pues no. No fue de mi agrado. ¡Me encantó! Es master suite, con balcón y vista al jardín de la Unión, sala de estar, elegante, muy bien decorada y con cama king size con edredón de plumas y suaves sábanas de algodón. Además hay menú de almohadas y el siempre necesario wi fi gratuito.
Por las noches, cuando llegas a la habitación, la cama está lista para recibirte, y te sorprenden los pequeños detalles con que te desean buen descanso y a pesar de estar frente al jardín de la Unión donde las tunas, trios e incluso mariachis arman todos los días su espectáculo, sólo si abres el balcón escuchas lo que sucede afuera de otra forma; no percibes ni un solo ruido.
Al día siguiente de nuestra llegada nos esperaba delicioso desayuno en Quinta Las Acacias Hotel Boutique, a 1.6 km de la Universidad de Guanajuato, el teatro Juárez y la plaza de la Paz.
Está dotado con piscina al aire libre, bañera de hidromasaje, vistas fabulosas a las montañas, bello jardín, terrazas, biblioteca, restaurante, habitaciones decoradas con muy buen gusto, y salas de reuniones a disposición de los huéspedes. Se localiza también en el centro de la ciudad.
El Hotel Quinta las Acacias cuenta con 15 suites con vistas a la montaña o al parque, han sido decoradas individualmente y reflejan influencia histórica. Son estándar y clásicas: El Ángel, La Abuela, La Condesa, La Bufa y El Minero. Suites con jacuzzi estilo mexicano: La Galereña, La Purépecha, La Guelaguetza, El Charro, La Lacandona. Suites con jacuzzi estilo clásico europeo: don Ismael, Manuelito Leal, Enrique Ruelas, y la master suite, con decoración estilo mexicano dedicada a la china poblana; suite presidencial con habitación, sala, enorme baño con tina de hidromasaje y decorada con obras de Frida Khalo, a quien le fue dedicada.
Los jardines del inmueble, invitan a relajarse, igual que la piscina de hidromasaje en la gran terraza de la que fue residencia de verano en el siglo XIX. En su restaurante degustamos deliciosas especialidades regionales. Cuenta con comedor para 36 comensales, pequeño bar con más de 100 etiquetas de mezcal y destilados, sala/biblioteca con libros de gran interés, mesa de ajedrez y área para eventos en el jardín, con capacidad máxima para 80 personas.
La estructura original de la casona se conserva de acuerdo con los estándares del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), es decir respetando columnas, vigas, viguetas e incluso acabados exteriores, así como algunos muros que ya se encontraban casi derrumbados y fueron restaurados tan bien que parecen originales.
Al concluir la visita nos fuimos a disfrutar el recorrido en cuatrimotos por las calles angostas que caracterizan a la ciudad, y sus cerros, que enamoran. Quienes lo hicieron dijeron que les provocó intensa sensación de libertad y efusión de adrenalina al mismo tiempo, lo que se considera ideal de intrépidos.
La cultura que fluye en la ciudad hace inolvidable la visita, pues se capta también mediante ese recorrido en cuatrimoto al pasado.
Si eres amante de aventuras ese recorrido es para ti; descubrirás algunos si no todos los atractivos a la vista y ocultos de la ciudad de Guanajuato, destino que puedes visitar una y otra vez sin cansarte. Y es que en esta Ciudad Patrimonio de la Humanidad hay infinidad de atractivos por descubrir, leyendas por conocer y experiencias que desde hace tiempo se debieron vivir.